«EN ADELANTE SERÉ EMBAJADORA DE HONDARRIBIA EN BRASIL»
La entrenadora ha regresado a Brasil tras dos temporadas en Hondarribia.
Dos campañas han servido para que María Helena Cardoso haya dejado huella en Hondarribia, ciudad de la que se confiesa enamorada. El viernes hizo las maletas y ya lleva está en Brasil. La entrañable entrenadora siente «no haberme podido despedir como es debido de todos. Les pido perdón, pero tuvimos que hacer el viaje de manera repentina».
Entonces, ¿deja para siempre el baloncesto?
Bueno, la idea es parar y ver si puedo adaptarme a vivir sin baloncesto. Llevo 40 años en esto y no sé si conseguiré desengancharme. Quiero descansar, pasear, pensar... Luego ya veremos lo que puede pasar, no me gusta hacer planes a largo plazo.
Esta vez no ha dado opción de insistir a la directiva del Txingudi.
No ha habido oportunidad de hablar porque lo tenía muy muy madurado. Ya el verano pasado volví a Brasil con idea de quedarme, pero regresé a Hondarribia por la insistencia de la directiva, por la amistad que había surgido y porque quería continuar el trabajo que había empezado.
¿Cómo ha sido su primera experiencia en el basket fuera de Brasil?
Muy buena, espectacular. Nunca me voy a arrepentir de la arriesgada decisión que tomé, porque han sido dos años muy buenos de mi vida, tanto a nivel deportivo como a nivel personal. Los resultados del equipo han sido muy buenos y yo he hecho muchos amigos, no puedo pedir más. Para redondearlo todo, la ciudad me ha encantado, creo que me voy a convertir en la embajadora de Hondarribia en Brasil. Haré la mejor propaganda que pueda. Está claro que los lazos que hemos hecho allí son para siempre.
Fuera del baloncesto, ¿con qué se queda de estos dos años?
No conocía nada. Me sorprendió gratamente la forma en la que nos recibieron, el cariño de la gente y el respeto con el que nos trataron. Es una ciudad muy acogedora, con paisaje maravilloso... No podría quedarme con una cualidad buena, porque todo ha sido perfecto.
¿Qué le ha parecido la Liga Femenina?
Es una liga muy larga para lo que yo conocía. Las distancias son también largas y los viajes, muy pesados. Lo que me ha sorprendido es una igualdad que nunca antes había visto. Cosas extrañas como que el último gane al primero, o que, como he visto en in-ternet, el Ros Casares derrote al Barça el primer partido de la final por 25 puntos y pierda el segundo. Con la apertura de fronteras en la Unión Europea, los clubes pueden hacer buenas plantillas y el equilibrio es muy grande.
El Hondarribia-Irún estuvo a punto de eliminar al Ros Casares en semifinales. Pasados unos días, ¿cómo recuerda ese momento?
Con tristeza, porque lo tuvimos en la mano. Si pierdes por 30 no tienes nada que decir, pero nosotras podíamos haber ganado y eso es lo que lo hace más doloroso. En el último cuarto del último partido el equipo estaba cansado......pero si era el último cuarto donde solían finiquitar a sus rivales más incómodos...Sí, pero ya estábamos al final de la temporada, con un equipo de mucha edad y poco banquillo. El domingo habíamos jugado en Valencia y llegamos a las seis de la madrugada a casa. Esos viajes te dejan muchas secuelas y el miércoles ya estábamos jugando contra un equipo que viaja en avión. No son excusas, pero esos detalles se notan más al final de la temporada.
¿Qué nota le pone a su equipo?
El resultado global es muy bueno. No hay que olvidar que había muchas jugadoras nuevas, que había que conjuntar. Hemos conseguido que el Hondarribia-Irún sea un equipo respetado en la Liga Femenina. Y no ha llegado a su tope, pero necesita que las instituciones se involucren, porque el resto -sponsors, aficionados, prensa- están con el club.
¿Cómo ve a Jon Txakartegi, el que era su ayudante, como entrenador?
No conozco su trabajo como entrenador, pero ha sumado mucha experiencia estos dos años. Seguro que hará un buen trabajo.¿Cuándo volverá de visita?Nunca se sabe. A veces las cosas llegan antes de lo esperado. He dejado amigos allí y siempre será un placer volver.
Y para nosotros.
La entrenadora ha regresado a Brasil tras dos temporadas en Hondarribia.
Dos campañas han servido para que María Helena Cardoso haya dejado huella en Hondarribia, ciudad de la que se confiesa enamorada. El viernes hizo las maletas y ya lleva está en Brasil. La entrañable entrenadora siente «no haberme podido despedir como es debido de todos. Les pido perdón, pero tuvimos que hacer el viaje de manera repentina».
Entonces, ¿deja para siempre el baloncesto?
Bueno, la idea es parar y ver si puedo adaptarme a vivir sin baloncesto. Llevo 40 años en esto y no sé si conseguiré desengancharme. Quiero descansar, pasear, pensar... Luego ya veremos lo que puede pasar, no me gusta hacer planes a largo plazo.
Esta vez no ha dado opción de insistir a la directiva del Txingudi.
No ha habido oportunidad de hablar porque lo tenía muy muy madurado. Ya el verano pasado volví a Brasil con idea de quedarme, pero regresé a Hondarribia por la insistencia de la directiva, por la amistad que había surgido y porque quería continuar el trabajo que había empezado.
¿Cómo ha sido su primera experiencia en el basket fuera de Brasil?
Muy buena, espectacular. Nunca me voy a arrepentir de la arriesgada decisión que tomé, porque han sido dos años muy buenos de mi vida, tanto a nivel deportivo como a nivel personal. Los resultados del equipo han sido muy buenos y yo he hecho muchos amigos, no puedo pedir más. Para redondearlo todo, la ciudad me ha encantado, creo que me voy a convertir en la embajadora de Hondarribia en Brasil. Haré la mejor propaganda que pueda. Está claro que los lazos que hemos hecho allí son para siempre.
Fuera del baloncesto, ¿con qué se queda de estos dos años?
No conocía nada. Me sorprendió gratamente la forma en la que nos recibieron, el cariño de la gente y el respeto con el que nos trataron. Es una ciudad muy acogedora, con paisaje maravilloso... No podría quedarme con una cualidad buena, porque todo ha sido perfecto.
¿Qué le ha parecido la Liga Femenina?
Es una liga muy larga para lo que yo conocía. Las distancias son también largas y los viajes, muy pesados. Lo que me ha sorprendido es una igualdad que nunca antes había visto. Cosas extrañas como que el último gane al primero, o que, como he visto en in-ternet, el Ros Casares derrote al Barça el primer partido de la final por 25 puntos y pierda el segundo. Con la apertura de fronteras en la Unión Europea, los clubes pueden hacer buenas plantillas y el equilibrio es muy grande.
El Hondarribia-Irún estuvo a punto de eliminar al Ros Casares en semifinales. Pasados unos días, ¿cómo recuerda ese momento?
Con tristeza, porque lo tuvimos en la mano. Si pierdes por 30 no tienes nada que decir, pero nosotras podíamos haber ganado y eso es lo que lo hace más doloroso. En el último cuarto del último partido el equipo estaba cansado......pero si era el último cuarto donde solían finiquitar a sus rivales más incómodos...Sí, pero ya estábamos al final de la temporada, con un equipo de mucha edad y poco banquillo. El domingo habíamos jugado en Valencia y llegamos a las seis de la madrugada a casa. Esos viajes te dejan muchas secuelas y el miércoles ya estábamos jugando contra un equipo que viaja en avión. No son excusas, pero esos detalles se notan más al final de la temporada.
¿Qué nota le pone a su equipo?
El resultado global es muy bueno. No hay que olvidar que había muchas jugadoras nuevas, que había que conjuntar. Hemos conseguido que el Hondarribia-Irún sea un equipo respetado en la Liga Femenina. Y no ha llegado a su tope, pero necesita que las instituciones se involucren, porque el resto -sponsors, aficionados, prensa- están con el club.
¿Cómo ve a Jon Txakartegi, el que era su ayudante, como entrenador?
No conozco su trabajo como entrenador, pero ha sumado mucha experiencia estos dos años. Seguro que hará un buen trabajo.¿Cuándo volverá de visita?Nunca se sabe. A veces las cosas llegan antes de lo esperado. He dejado amigos allí y siempre será un placer volver.
Y para nosotros.
Fonte: Liga Femenina
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